jueves, 20 de mayo de 2010

Sonsonate


Volcán de Izalco



Es uno de los volcanes más interesantes de El Salvador. Su actividad se conoce desde la época colonial. Al principio solo existía un ausol del que salía un río de hermoso caudal y de agua hirviendo que con el correr de los años se transformó en una depresión de cuyo centro salía humo espeso.
Se podría decir que en 1636 ya era una formación volcánica, aun sin tener la figura de cono que caracteriza a los volcanes, por lo que se cree que formó entre 1576-1636. Desde su formación y por su constante actividad se le dio el nombre de “Faro del Pacífico”, ya que las constantes emanaciones se podían ver desde el Océano Pacífico, lo que servía como señal para los barcos. Ha experimentado periodos de reposo. Su última erupción se registró el 30 de noviembre de 1966.



Chorros de la Calera




Los Chorros de la Calera son las principales caídas de agua de unos veinte metros de altura que se encuentran en Juayúa.
Las aguas son recogidas en dos piscinas de unos quince metros de largo por siete de ancho, de donde siguen su curso por otras caídas pequeñas.
Llegar al lugar es un poco difícil, pues el camino es quebrado y solo es posible en un vehículo de doble tracción o a pie. En el trayecto se disfruta de uno de los mejores climas que aún quedan en el país entre hermosos cafetales. El rumor del agua que cae y corre libre por la cuenca avisa al viajero que ya se encuentra cerca de los chorros y las ansias de darse un chapuzón aumentan.


Cerro Verde


El Cerro Verde es el vestigio de un volcán que existió hace un millón de años, cuyos cráteres han sido cubiertos por la abundante vegetación del actual Parque Nacional Cerro Verde, que comparten Santa Ana y Sonsonate.
Cuenta con una extensión de 6930 metros cuadrados, una altitud de 2030 metros sobre el nivel del mar, y posee vegetación verde y húmeda, que permite el desarrollo de todo tipo de árboles y flores.

Atecozol


Fue inaugurado en 1956. Se encuentra ubicado a 58 kilómetros de San Salvador.
Sus aguas provienen de las vertientes subterráneas del volcán de Izalco y brotan para acomodarse en las siete piscinas del balneario. Ahí la vista se recrea con la vegetación en la que predomina un bosque de bálsamo


Cerro El Águila

El cerro forma parte de la cordillera Apaneca Ilamatepec y tiene gran importancia porque ofrece muchos beneficios para la zona.
La vegetación que se aglutina en la parte alta del cerro evita que se inicie un proceso de erosión y al mismo tiempo provee oxígeno y diversidad de especies de flora y fauna. Entre los árboles que se pueden encontrar en el recinto natural están los llamados culebrón, mano de león, sangre de toro y varias especies de robles y de aguacate.
Se encuentran también orquídeas, ardillas pequeñas, mapaches y ciertas especies de reptiles. El cerro tiene unas 42 manzanas de bosque y es de tipo nebuloso, por ello fue nombrado una de las reservas forestales del país.

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